EL DEMONIO ES MI ANGEL NEGRO

EL DEMONIO ES MI ANGEL NEGRO

En el Anterior…Capitulo 5.

La de orbes azules zafiros no objeto a hacer nada y solo caer rendida, recostada en ese chico de orbes rojizos que ya había salvado su vida nuevamente mientras el posaba su mano en la cabeza de la rubia y acariciaba su cabellera dorada con delicadeza y lentitud, haciendo que la chica se sonrojara por lo bajo mientras se encontraba abrazada al pelinegro, junto con la gatita en medio que también se había quedado dormida.

{En el pueblo Tributary of Light}

-Me llamo ethan…Ethan Flare.- respondía nuevamente y con tono orgulloso en el.- y tú eres?.- decía el ojimiel, esperando la respuesta que no se hizo esperar.

-Henry James…-decía el joven que atino a decir por ultimo.-Pero dime Gumball.

Capitulo 6.

“Ahora cuentan, que cuando las estrellas mueren…La oscuridad cae en el Paraíso, pero tengo que ser fuerte, no quiero caer en tus manos y Hundirme en la oscuridad”

Miro a mi alrededor, y no encuentro más que oscuridad…Esta soledad me asusta cada vez más, y pido que alguien la detenga por favor, sentía como tenia la respiración entre cortada, como si estuviera muy asustada, temía por mi vida, no sabía dónde estaba, me encontré en un lugar desierto, en medio de un bosque, recostada en la fría nieve, voltee mi cabeza pude observar un atardecer en el horizonte, los rayos débiles del sol que rozaban cálidamente mi piel, pude sentir un contacto suave sobre mi piel, que apenas con levantar la mirada pude ver como llevaba un vestido de tés blanca como la misma nieve que cubría mis pies descalzos.

Me senté sobre la helada nieve que cubría mi piel pálida, volví a buscar con la mirada el atardecer en el horizonte que me recetaba una gran paz con solo verlo, pero una gran tristeza porque se hacía cada vez más débil para dar paso a la negrura de la noche, podía sentir muy débilmente los rayos del sol sobre mi cuerpo y como algunos hacían brillar mi dorada e rubia cabellera, que junto con ellos hacían destilar mis ojos azules zafiros como el mismo cielo.

Oscureció, me asustaba un poco eso, y no sabía él porque, en el mismo lugar que padecí sentada me encogí de rodillas, hasta volver a recostarme en la nieve, en ese momento sentía como una luz blanca reflejaba mi cuerpo como a un espejo, haciendo que mi atención se fuera a eso, que resulto ser la luz de la luna llena, sin tener compañía de alguna estrella, la noche había llegado, oscureciendo por completo ese cielo que solía ser celeste como los ojos de la humana hasta llegar a un anaranjado, que después se convirtió en algo oscuro y negro, pero a la vez con un azul marino bien intenso, que me hacía temblar por las frías brisas que me rozaban fugazmente.

Permanecí tumbada en la fría nieve, encogiéndome para entrar en calor, y sentir que esa soledad no se alejaría de mi…O eso era lo que creía hasta que pude sentir como era observada como una presa, me sobre salte poniéndome de pie débilmente, sentía como mis piernas estaban completamente dormidas, hasta que casi llegue a caer, pero me pude sostener en algo que justo en ese momento se poso en mí, como mi respaldo pude sentir el contacto de unas manos frías como un mismo muerto que me tocaban y sujetaban firmemente de la cintura, me arme de valor para levantar la mirada despegando mi rostro de ese pecho frío y desnudo, que emanaba de él un aura temible, hasta llegar a ver un rostro que no podía ser iluminado por la luz de la luna, pero haciendo destilar de este unos ojos rojos escarlatas como la sangre que me miraban deseosamente, me puso firmemente de pie, hasta dar ,mi rostro contra su cuello y mi cabeza dando contra su mentón, podía sentir el temor correr por mis venas sin saber, por el simple temor a lo desconocido, sentí como esa figura se inclinaba hacia mi oído, y no más me susurraba ;

-Esta vez…No te dejare escapar.-Le dijo de forma provocativa, en el momento que acercaba su rostro al de la rubia, para llegar a estar a escasos centímetro de la mortal, para comenzar a aproximarse a los labios de la chica y rozarlos con suavidad. Para luego ingerir su víspera lengua que exploraba y saboreaba la cavidad de la rubia, sin darse cuenta la chica se encontraba atrapada, sintiendo como sus muñecas eran aprisionadas, dejándola sin escapatoria y pudiendo saborear el fogoso y apasionado beso que le daba ese ser de las tinieblas, mientras sentí como me hundía en la oscuridad lentamente, al punto de llegar a llorar, dejando brotar una lagrima que se deslizo por ambos rostro al estar pegados y terminar cayendo en las bocas de ambos mezclándose con sus salivas, la de orbes azules con su último aliento y fuerzas pudo zafar una de sus muñecas, para tomar con fuerza el brazo de este ser oscuro, y que de su mano emitirá una luz, causándole graves heridas al de orbes rojizos que termino por separase de ella, mientras veían como caían en un abismo sin fin, que apto por rodear a la rubia con sus brazos aun siendo lastimado por la tenaz luz que emanaba de ella…

El rostro de ese ser, ya no permanecía oscuro, haciendo así que su rostro se diera a ver aun estando todo oscuro a su alrededor, la de orbes azules se entristeció y sintió mucha culpa al darse cuenta quien es ahora, esa cabellera negra azabache junto con su piel pálida media azulada y esos ojos rojos escarlatas, que la abrazaban mientras de sus ojos caían lagrimas junto con una mueca de dolor en su rostro dijo.

-Porque?...porque Fiona?.-su voz se había quebrado al decir eso, y terminando por callarse, al sentir ese dolor de una luz que lo estaba quemando por el pecho, esa luz era nada menos que la chica que brillaba con mucha fuerza, provocándole graves heridas en todo el cuerpo del chico.

-M-Marshall…Lo siento.-

                  “Si los demás pueden ser felices…Porque Tu y Yo no?”
"Ya no hay tiempo, Aun así, siempre te recordare, aun que permanezca por siempre en la oscura eternidad..."

Abrí mis ojos pesadamente, apenas podía ver mi vista se nublada cada vez que parpadeaba, fije que estaba recostada en mi cama, y mi cuarto estaba a oscuras podía sentir una pequeña brisa fría recorrer toda la habitación, en un intento de mover los pies la rubia vio que no podía, levanto el cuello como pudo ya que pudo sentir una herida en este sangrando apenas de él y entre que su vista se nublaba apenas pudo divisar a una pequeña gatita blanca con manchas café durmiendo en los pies de su cama, volvió a recostarse en su almohada, fijo que estaba vestida, con un conjunto que estaba todo sucio roto y con algunos moretones e heridas, apto por sentarse en su cama con cuidado para no despertar a la felina que dormía plácidamente, volteo su mirada para un costado de su habitación para ir a abrir las ventanas de esta, que para su sorpresa la rubia se había quedado atónita con lo que vieron sus ojos.

Un chico se encontraba mirándola detenidamente de pies a cabeza para luego clavar la mirada en los ojos de la humana, la de orbes azules se sonrojo por verlo también detenidamente de pies a cabeza, pudo observar con la poca visión que padecía en ese momento ver a un adolescente por así decirlo parecía no más de unos 19 o 20 años, vestía una sudadera negra junto unos jeans grises y unas convers rojas, una cabellera negra azabache, de tez blanca bien pálido con un leve todo medio azulado en su piel, de ojos rojos escarlatas como la sangre que literalmente brillaban en ese momento con gran intensidad al ver a la rubia.

La muchacha se sobresalto al ver a un extraño en su casa, cayendo así del otro lado de su cama, sin quitarle la mirada de encima, quería echarse a correr despavorida, pero en el momento vio como el de orbes rojizos se elevaba sutilmente flotando por encima de su cama con gran tranquilidad en él, que hizo que la chica se quedara pasmada por lo que había hecho ese chico de cabellera negra, la mortal no paraba de preguntarse como llego a estar en esta situación hasta que pudo dar en el clavo, en el momento en que una serie de imágenes paso por su mente recordando lo que había sucedido ayer, que al mismo tiempo le causo un terrible dolor de cabeza provocando de ella una mueca de dolor mientras se llevaba sus manos a la cabeza dejando ver sus heridas mientras se acorralaba contra una pared.

El pelinegro se quedo atónito por la deleite vista que le proporcionaba esa mortal, Con un veloz movimiento el de orbes rojizos, la acorralo con su cuerpo contra la pared, la humana intento empujarlo lejos como podía aun con el terrible dolor de cabeza, pero no lo movió ni un milímetro. Perdió cualquier control que tenia sobre si,  con lentitud lamió el cuello de la de orbes azules, le gusto sentir como la chica se estremecía, con sus manos, la tomo entre sus brazos, agarrándola con brutalidad de las piernas mientras la apoyaba en la pared, teniéndola cara a cara.

Mientras la rubia se cubría el rostro como podía de lo sonrojada que estaba, y respiraba entre cortadamente al igual que el chico que respiraba pesadamente, en ella el terror y el pánico la invadían, mientras el vampiro la inclinaba hacia él, haciendo que la rubia cayera hasta el mientras se agarraba de su cuello haciendo que el cuello de ella rozara contra el suyo, provocando en el orbes rojizos una ansiedad por tomar a esta mortal, lentamente corrió su cabello aun costado dejando al descubierto su cuello con la herida en el, el joven no quería esperar más, quería terminar con sus ansias de sed de una vez.

La chica con gran temor y tristeza solo objeto por abrazar con fuerza al chico de cabellera negra, mientras de ella brotaban las lagrimas, al poder recordar absolutamente todo, pensaba que había hecho mal?, este no era el chico que había conocido años atrás, el chico que ella conocía era divertido, bromista a la vez y siempre la hacía sentirse especial y feliz, la rubia no aguanto más las ansias de llorar por haber sido tan cruel, para no recordarlo, como pudo?...que había pasado?...porque?...

-M-Marshall…Lo-lo s-siento mucho…te olvide…no te recuerdo como antes, pero al fin pude abrir los ojos, al final lo hice Marshall, Lo-lo lamento tanto.- su voz se quebró al pronuncias esto último.

♫                  ♫                   ♫

Tu…
Voz me alcanzaras algún día ¿verdad?
Con tu tierna voz…Mi alma se resplandecerá
Cuando una estrella llegue y nos llene de lagrimas…
La tristeza nunca vendrá…
Aun que nuestro futuro descanse en la eternidad…
Yo…
Voy a dejar algún día a un lado estas manos ¿verdad?
Con tu tierna sonrisa…Mi alma se resplandecerá
Cuando una estrella llegue y nos llene de lagrimas…
Siendo capaz de estar junto a ti…
Si solo este momento pueda durar más…
Ocasos…Las Noches llenas de color rojo sangre…
Los días que pase contigo..
Siempre los mantendré en mi corazón..

♫                  ♫                   ♫

En otra parte…

Un lugar en donde los rayos del sol no reinaban, si no la oscuridad, aun que tal vez en otra dimensión, solo tal vez aparte de los vampiros, existía algo más que esperaba ansiosamente salir, en lo más profundo donde podrían habitar tus peores pesadillas, y las cosas más horribles, es una noche roja de luna negra, un reino desierto y silencioso en donde una brisa fría corría por los alrededores, mezclándose con el asfixiante hedor a muerte y sangre producto de los miles de cadáveres que estaban esparcidos por el suelo, inmóviles y manchando la oscura tierra con el líquido color carmesí que escurría por sus graves heridas.

Tranquilamente se podía observar una figura oscuro en la negrura de esa noche pasar por ahí como si nada pisando lo más feliz los rostros de esos cadáveres, llenando de sangre la suela de sus botas, haciendo que esa siniestra figura dibujara una sonrisa blanca que dejaba ver unos colmillos, hasta parar en seco al ver a alguien en frente de ella, otra figura de su misma estatura, la miraba fijamente embozando una sonrisa igual que la de ella dejando ver unos colmillos, para luego decirle.

-Parece que te divertiste hoy…-Decía ese ser, con tal ironía y una tonada perversa en su voz.

-Claro que si, sabes algo? Es tan divertido cuando me piden que los deje con vida…-Le respondía la primera figura fríamente con diversión en su voz al igual que malicia.

-Jajá…Claro y para que me ha mandado a llamar?.-Respondí con una tonada de curiosidad esta vez.

-Ya sea a enterado…Lo volvió a recordar, sabes?, y eso no resulta ser nada bueno.-Decía la figura principal, esta vez cambiando su hablar a algo más serio y lleno de ira.

-Le gustaría que hiciera algo al respecto?.-Respondía la segunda figura, sutilmente y con tranquilidad.

-Tal vez…tal vez…quiero que la vigiles bien de cerca, y no la pierdas de vista.- Volvía a responder, ahora con despreocupación y completa calma, mientras su cabellera negra se media suavemente por la helada brisa.-Si sucede algo…me avisas, y solo tal vez le haga una pequeña visita jeje.- termino de decir para luego hacer destilar sus ojos grises de la ansiedad, mientras daba media vuelta y esa misteriosa chica de cabellera negra, ojos grises, de tez blanca, vestida con una blusa negra que dejaba ver su estomago, una corbata rayada de rojo y negro haciéndole juego con unos shorts rojos y botas negras un poco más arriba de la rodillas se alejaba flotando serenamente arriba de los cadáveres “humanos”.

Dejando a la segunda figura a solas, que no mas embozo una sonrisa perversa para decir.-Así que la rubiecita lo recordó todo eh? Jajá.- Otra misteriosa joven, de cabellera igual de negra, de ojos verdes claros, vestida con una blusa oscuro dibujada en ella una calavera y unos jeans blancos junto con unas botas rojas, había terminado de hablar para alejarse igualmente de los cadáveres e pasar por un portal e irse, sin dejar rastro atrás…