EL DEMONIO ES MI ANGEL NEGRO

EL DEMONIO ES MI ANGEL NEGRO

Capitulo 7.

“Las mentiras que están perdidas con él, hacen que mi corazón no se sostenga más…Ayúdame a recordar todo y ser yo misma otra vez…”

Entre la espada y la pared llegue a estar, mientras vos esperabas que yo volviera  a recordarte, rompí esa barrera para volver a tocarte, pero ahora con temor y tristeza siento que no pudo ayudarte, me hiciste caminar perdida, como en un sueño extraño, mis temores se hacían más fuertes, tenía la capacidad de rehacer todo, mis lagrimas dejaba caer sin detención alguna de tus manos que siempre lograban secármelas.

Me aferraste más a ti, pude sentir tu respiración entre cortada en mi cuello, mientras acercabas tus labios rozándome, y sentir como tu víspera lengua lamia las heridas que tenía justamente, haciendo que me atemorizara y pensar en lo peor, logrando que por los escalofríos me abrazara muchas a mas a ti.

No quería creer lo que estaba por pasar, sin más dejaba caer las lágrimas que bajaban por la nuca del vampiro, y con mi mejilla humedecida de llanto rozar suavemente las marcas en el cuello del pelinegro, haciendo que este parará en seco, y detuviera su cometido, la rubia abrió sus ojos azules zafiros de par en par al sentir el tacto de los brazos del orbes rojizos tomarla tiernamente por la espalda de ella, formando así un tierno y cálido abrazo entre los dos, acto seguido, con lentitud y pasos secos el chico se acercaba a la cama de la orbes azules , con ella encima de él, la fue soltando con cuidado hasta que ella lentamente soltara el agarre del cuello del vampiro para terminar sentada en la orilla de su cama, sintiendo como una brisa fría rozaba levemente todo su cuerpo, haciendo que la humana se diera cuenta de la calidez que le había brindado ese abrazo con el pelinegro, mientras ella llevaba las rodillas a su mentón, y el de orbes rojizos se sentara cruzando las piernas estando en el suelo enfrente de la rubia.

Permanecimos así, durante un par de minutos que para ambos el silencio era eterno e incomodo, la chica rubia no dejaba de pensar en los actos ocurridos por el pelinegro, aun no podía entenderlo, porque, que paso, por una parte me siento culpable él… Marshall que le habrá ocurrido?...

El tiempo se deformo, y termino por delatarnos, recuerdos vuelan sin razón ni rumbo. Pero no hallo en mi mente frágil ni un semblante, me aferraba sola a las migajas de lo que un día había sido esperanza, Aun mi mente divagaba en lagunas mentales que jamás acababan, me senté sobre mis talones dejando ver en mis rodillas, medias agujereadas que llevaba puestas en ese momento junto alguno que otro moretón y quemaduras en mi piel, mientras veía como una lagrima había dejado caer sobre estas delineando una quemadura, haciendo que me ardiera apenas, llevando mis manos entre mi entre pierna y apretara con fuerza los nudillos de esta formando un puño por el ardor, dejando en mi rostro una mueca de dolor pero a la vez tristeza, mientras rompía en silencio el llanto, lograste alejar la tristeza de mi en cuando vi como posabas tu mano sobre mi mejilla secándome las lagrimas, llevando mi atención hacia ti, que estabas arrodillado en el suelo con cabizbaja, sacando de mi una leve sonrisa, que al momento que sentía como alejabas tu mano de mi rostro, la chica objeto agarrar esa mano pálida e fría entre sus manos pisándola en su mejilla dulcemente, haciendo que la atención del chico de cabellera negra fuera directo a ella para verla a los ojos sorprendido por la acción de esta, vio en si a la muchacha rubia mirándolo con los ojos entre cerrados con las lagrimas en ellos con sus mejillas sonrojadas, y una sonrisa sincera e tierna.

                     “Esta Amnesia en mi corazón, tendrá final?”

“Si me amaras, no busques mas, pero debe haber un puente que conecte bien El Presente y El Ayer”

-Porque?...porque Fionna?-.Dijo el pelinegro fríamente, dejando a la rubia atónita por las palabras de este, que le resultaron ya ser escuchadas anteriormente.

-Porque…que? Marshall-. Respondía con tanta inocencia en su voz, provocando en el chico una total confusión e alivio que en ese momento una serie de emociones inexplicables para él rondaban por su mente al oír a la chica decir su nombre, haciendo que se levantara y se aproximara a donde yacía la chica sentada de rodillas, llegando hasta ella e abalanzarse sin más sobre la humana, quedando arriba de ella mientras la volvía a abrazar tiernamente, dejando a la chica un poco confundida e sorprendida nuevamente por ver al chico volver a hacer la misma acción que hace poco, pero sin más devolviéndole el abrazo.

Esos seres que volvían a la realidad después de separarse y quedarse acostados en la cama de la chica, mientras no separaban las miradas del uno hacia el otro, esas miradas que venían cargadas y llenas de cariño e tristeza que se dedicaban eran inexplicables y sufribles, habían permanecido así, recostados en la cama hasta que el chico decidió acortar la poca distancia que tenían, tomando la mano de la chica de ojos azules zafiros, haciendo que ella se sonrojara notoriamente mientras despegaba la mirada de esos ojos rojos escarlatas, para dirigir su atención a la unión de sus manos, por parte del orbes rojizos se acercaba al rostro de la mortal juntando su frente con la de ella, al tiempo en el que se sentía el leve roce entre sus narices, como último acto el muchacho de tez pálida beso cariñosamente la frente de la humana dejando a ella que su vista volviera a fallarle mientras veía por ultimo esos ojos rojos escarlatas antes de caer rendida por el sueño.  

-Perdí?...porque? , Quien eres, te conozco?...mas bien, Quien soy yo?...

Pude sentir, alguien quería que me despertara.- Oí niña?-. Quién es? Alguien me llama, siento algo suave, la muchacha rubia fue abriendo los ojos lentamente, quedando con los ojos entre cerrados, mientras posaba su ante brazo herido sobre su rostro, podía ver a algo sobre ella sentado en su pecho, lo único que pudo verificar era que ella estaba tumbada en su cama, sola y con la gatita blanca de manchas cafés que había encontrado la otra noche estaba sobre ella mirándola continuamente.

-Oye niña! , Te encuentras bien?-. En ese momento no sabía si estaba alucinando o delirando, pero pude escuchar como claramente esa gata blanca de manchas cafés me había HABLADO?! , apte a llevar mis manos a mi boca en señal de que quería gritar por el pánico, que sentía en ese momento, mientras las pupilas de mis ojos estaban dilatando notoriamente.

-Oí, me escuchas o qué?, me desperté hace un rato y vi que estaba herida, me preocupe por ti bien?.- Volvía a declarar la minina, su voz era bien femenina con una tildes de estar bien preocupada por la rubia, la chica ya estando un poco más calmada atino a decir.

-Tú…como es…c-como es que hablas?-. Logro responder la obres azules, mientras se quedaba sin aire del espanto.

-Bueno yo hablo por qué…hablo?, es tan raro – Respondió la felina elevando una ceja con mucha confusión es su voz, y la chica con más confianza responde.

-No lo sabes? , Bueno emm, que debo hacer?- Se preguntaba la humana totalmente confundida como la gata de manchas cafés, mientras se levantaba lentamente advirtiendo a la gatita de eso que se había hecho a un lado, mientras la chica ya sentada en el borde de su cama, objeto por mirar a todas direcciones en busca de algo o alguien. Eso por mas confundía e preocupaba a la minina que estaba ahí presente, viendo como la muchacha se llevaba una mano a su pecho posando la otra en su cama mientras miraba a todos lados sin percatarse de la felina que la observaba, hasta que esta se mareo de esto e interrumpió su inútil búsqueda.

-Niña en verdad te encuentras bien?- En la voz que proceso esta se podía sentir su preocupación por la chica, que al llamado de la felina se le había quedado mirando media avergonzada por haberla ignorado, para conectarle.

-S-si estoy bien, no tienes por qué preocuparte- Le respondía sonriéndole dulcemente, algo que alivio a la gata blanca de manchas cafés.- Y…te gustaría quedarte conmigo gatita?- Pregunto por ultimo mientras se acercaba a la minina.

-Eres muy amable linda, cómo te llamas?.- Pregunto la gata con serenidad e amabilidad.

-Soy Fionna, y tú?.- Al decir esas palabras con igual de amabilidad e inocencia junto con una sonrisa cariñosa, esa expresión fue borrada cuando vio como la gata en su rostro expresaba tristeza a la pregunta de la humana, haciéndole saber que no poseía nombre alguno, provocando de su parte agarrar a la minina rápidamente para darle un tierno abrazo y después soltarla, haciendo un gesto con sus dedos la humana dibujaba una sonrisa en ella para que la felina también sonriera, que lo cual había funcionado, estando ya de pie la gata le dijo a la humana.

-No deberías ser tan confiada con alguien que acabas de conocer querida.-Pregunto la gata con ironía e serenidad, provocando en la chica rubia tan solo una sonrisa juguetona, mientras la gata se llevaba una pata a su rostro, atinando a darse por vencida, que por ultimo dice en forma de orden y preocupación nuevamente.

-Pero mira como estas niña!!! , Ve a bañarte y me encargare yo después de curarte, pero ve ya!.- Terminaba de decir la minina mientras empujaba a la orbes azules como podía, y ella siguiendo lo que le había dicho se fue sin discutir al baño, dejando a la felina afuera, mientras iba a buscar con que curar a la humana.

Después de casi dos horas la humana de cabellera rubia e larga sale del baño con solo una toalla en su cuerpo, dejando ver su cabello que le llegaba hasta las rodillas, mostrando en sus detonadas piernas los moretones y quemaduras en ellas, junto con sus brazos, unas de sus muñecas y una pequeña quemadura que dejaba sobre salir un liquido carmesí que se encontraba en su cuello, la humana poso su mano en su garganta, y solo se sonrojo por lo bajo, pero no lo suficiente como para que la felina no lo notara, que se encontraba mirándola junto con unas vendas a su costado.

La minina ya había terminado de vendarla, después de luchar un poco ya que la humana no se había dejado muy fácil, porque al sentir las vendas sobre su piel con las quemaduras le dolía, y terminando así por vendarle, el cuello, la muñeca, y las piernas, que después del sufrimiento de la mortal, apto por vestirse, con la felina de jueza, para terminar vestida con, una calza de tonalidad negro junto con un vestido azul añil escotado por arriba que justo por debajo del busto de la rubia el vestido era sujetado por un listón rojo escarlata, y solo a unos quince centímetro por arriba de sus rodillas, terminando por demás con unas botas blancas junto con un bello saco tejido azul marino que tenía varios detalles, que por lo ultimo apto por sujetar su cabellera rubia con una diadema blanca que parecían orejas de conejo.

Las dos fueron directo abajo para comer algo, la felina se subía a la mesada mientras veía como la rubia cocinaba espagueti junto con una salsa de tez medio rosa, que al ver eso la minina dirigió una mirada curiosa a la humana, la chica al ver eso le sonríe y guiña un ojo mientras le acercaba una cuchara con esa salsa rosada después de haber soplado un poco por la temperatura alta que tenia esta, la gatita atino a darle una pequeña lamida que después termino por limpiar esa cuchara, “es mi salsa especial” le dijo la humana, para después servir en unos platos el espagueti junto con la salsa especial de la mortal, y terminaran comiendo ambas en la mesada, compartiendo charlas, algunas bromas que sacaran sonrisas por parte de las dos y algunas risas, antes de darse cuenta ya habían terminado de comer completamente todo de la olla de vidrio, llevando los platos al fregadero e lavarlos, después de haber tenido todo en orden, decidieron salir.

La de orbes azules salió a encaminarse por la aldea, con la felina en brazos, se había decidido por tomarse un recorrido rápido y tranquilo para después enseñarle a su compañera, la vista que tenía desde una montaña en los bosques, la tranquilidad y serenidad que tenía el pueblo se había despavorido, en cuando la rubia salió de su vivienda, todos los habitantes se le habían acercado mientras le aplaudían fuertemente, y le deban una que otra palmada en el hombro, dejándolas a ambas compañeras sin palabras, y la rubia sintiéndose confundida al recibir agradecimientos de esas personas. Entre todas ellas pudo llegar a ver una cabellera rojiza que pasaba por ahí, la muchacha lentamente hizo a un lado a la gente del pueblo, para dirigirse a su único amigo.

-e-Ethan..-Logro atinar a decir mientras corría hacia él, haciendo que el ojimiel prestara atención al llamado de su nombre, la rubia había parado en seco en cuando vio a un grupo de chicas acercárseles a las corridas hacia el pelirrojo, mientras este se sonrojaba la recibir piropo dos de esas chicas, viendo que también ahí se acercaba un chico de cabellera rosada al conjunto de chicas que rodeaban al ojimiel, provocando que mas chicas se acercaran a ambos chicos, dejando a la muchacha rubia sola y triste, que antes de soltar una lagrima se dirigió corriendo como pudo hacia el bosque con la felina en sus brazos.

Mientras caía el atardecer en el pueblo, en el bosque permanecía la chica de cabellera rubia sentada en un lugar descampado junto con la minina, que intentaba consolarla, entre sollozos por parte de la chica, que no mas hacía pensar lo peor.

-Ya cariño, no está bien que te pongas así, puedes tener otros amigos eres una chica encantadora y muy bella, porque no lo intentas linda?-. Decía la gatita con la esperanza de que la muchacha le dedicara esa sonrisa alegre y dulce que tenia oculta por un pequeño llanto de su parte.-Muy bien, espérame aquí, voy a buscar un poco de agua así lavas tu bello rostro querida, tú solo espérame.-Dijo por último la felina antes de perderse por los arbustos, dejando a la chica sola sin dejar de mirar para donde se había marchado su compañera, para luego volver a bajar la mirada mientras posaba su mentón en sus rodillas y decía.

-Tiene razón, no puedo depender siempre de una persona, pero…quien quería ser mi amigo?- Termino de hablar para luego, entre todo el silencio se escuchara.

-Yo.

La chica al ver que no estaba sola, lentamente levanto la mirada para ver a alguien que cubría su rostro con una capa, que acto seguido le tendió la mano, para luego decir.-Yo quiero ser tu amigo.-Termino de decir para luego dibujar una sonrisa tierna en sí.

  “Nadie aquí me genera confianza, Solo ambivalencia y distancia, Pero al menos en sueños
                              aún no pierdo la esperanza"